Las empresas deben dar mayor prioridad a la salud mental de sus colaboradores mediante protocolos específicos para intervenir ante situaciones de crisis o estrés agudo, aseveró la psicóloga y técnica en urgencias Reyna Encinas.
Señaló que las primeras 72 horas tras un evento crítico, detonado por estrés, son determinantes y si no se interviene a tiempo, pueden aparecer consecuencias que afectan tanto la productividad como el sentido de pertenencia del empleado.
Reyna Encinas afirmó que las crisis emocionales no solo surgen por el trabajo, sino que tienen un origen multifactorial, subrayando que el entorno laboral sí juega un papel fundamental en agravar o aliviar la carga emocional de los trabajadores.
Mencionó que uno de los principales errores es ver el trabajo como una obligación más que como una fuente de realización, ya que esa visión genera desgaste emocional constante que, a largo plazo, termina pasando factura a la salud mental.
Reyna Encinas planteó que lo ideal es que exista un protocolo claro que incluya derivaciones con especialistas, acompañamiento interno y espacios designados para que los empleados puedan drenar su estrés en un entorno seguro. Habilitar zonas dentro del centro de trabajo donde el colaborador pueda desconectarse unos minutos, llorar, respirar o expresar frustración sin juicio ni interrupciones, dijo, pueden generar resultados positivos, agregó.
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