La posible reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales ha encendido las alertas en el sector empresarial, particularmente ante la preocupación de que esta reforma se concrete antes del fin del sexenio sin una aplicación gradual.
Elisa Ibáñez Aldana, presidenta de la Comisión Laboral y Movilidad Social de Coparmex Tijuana, aseveró que existe presión tanto del Gobierno federal como de organismos internacionales, como la OIT, para concretar una jornada más corta.
Puntualizó que uno de los principales obstáculos señalados es la falta de subsidios o incentivos fiscales que acompañen esta reforma, puesto a que la contratación será más costosa y pudiera fomentar la informalidad.
Alertó que el mayor riesgo, de no haber acciones fiscales ni una reducción paulatina, será para las mipymes, al orillarlas a optar por la informalidad, lo que a su vez traerá consecuencias para la clase trabajadora.
Ibáñez Aldana reconoció que, si bien la calidad de vida del trabajador también es una prioridad, se debe buscar medidas que generen un mejor descanso, pero también desarrollo profesional y movilidad social, sin golpear al empleo formal.
Finalmente, compartió que se prevé que las mesas de diálogo inicien en junio en la Ciudad de México y Monterrey, en la que Coparmex enviará representación nacional con propuestas recopiladas de todos los centros empresariales del país.
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